Sanar nuestras heridas, para no lastimar a otros como lo hicieron con nosotros.
Sanar las emociones, nuestras reacciones pueden ensombrecer nuestra salud y la de los que nos rodean.
Sanar la mente de pensamientos obsesivos y negativos, ellos nos envenenan y como agua estancada pudren y contaminan nuestro ambiente.
Sanar el alma, porque es eterna y nos va trascender cuando dejemos nuestro cuerpo.
Somos la base de nuestra propia paz y la de toda la humanidad.
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